El 23 de Abril del 2021 (Día del Libro) Google hizo un homenaje a la letra eñe en su doodle. En la captura de pantalla que pude hacer ese día, y que adjunto, se aprecia muy bien.
A raíz de eso, decidí publicar un post en LinkedIn en donde comentaba, en tono de broma, que por una vez Google me caía simpático. Mi amigo Antonio, representante de Cálamo y Cran, contestó que era «todo un homeñaje», hecho que me iluminó una idea gamberra: hacer un poema a la letra eñe. El resultado quedó como podéis ver a continuación:
«Homeñaje»
¡Coño! «Homeñaje» a una letra añeja
que, cual roñosa vieja,
añusga, año a año, mi interés.
Y al contrario que el ceñudo inglés,
que como idioma es un truño,
tenemos el español, de viejo cuño,
tañendo con su eñe.
¡Dejémosle que sueñe
sin fruncir el ceño,
y siga siendo dueño
de tan añorada ene esteta!
Pues ella sola tiñe, discreta,
cada travesaño de nuestra lengua
sin añadir daño ni mengua
y ciñéndose a su función.
¡Huraña discreción
a la que se doblega la eñe!
Pero, por más que se empeñe,
cual aviesa garduña,
en ser soterrada cuña
en cada riña y charla
es nuestro deber encañonarla
y forzar a la empañada letra
a abandonar su roñosa treta,
pues no atañe a su posición.
Añadiré con fruición:
¡Muéstrate al mundo, mi niña amada,
pues no eres tiñosa sino admirada!
Y a los ñordos de espíritu terso
que no capten el guiño en este verso
de mi entrañable amor por ti,
a un leño hoy y aquí
sus sueños han de clavarles,
las uñas arrancarles
y reñir por no admirar
la antaño letra singular
que sin saña, ¿sabes tú?
hasta aparece en la palabra «ñandú».
TRABA: este poema refleja el segundo principio oulipiano de Jacques Roubaud, a saber, que la traba hable de sí misma. De este modo: en cada uno de los versos aparece la letra eñe, y el poema en conjunto es un homenaje a una letra que, aparentemente discreta, vista de esta manera no lo es tanto.