Anita Cufari nos aporta este genial copywriting que tuvo que hacer para una empresa de vinos. El uso de la letra i es toda una obra de arte.
Vino inesperado, pero llegó porque lo pediste. Porque los vinos de Nariz y Boca son inesperados, sí, pero por muchas razones, y ninguna de ellas es por ser incongruentes con tus deseos.
Eso, que son vinos inesperados, increíbles e igualitos a los de tus sueños. Esos idealistas, idílicos e invencibles que tuviste hasta en esa tarde ibicenca de aquel verano increíble.
Incrédulo te quedas con toda esta selección de vinos impensados, bastante iconoclastas y super icónicos a partir de ahora en tu bodega. Eso sí, prepárate para ser el nuevo ídolo de masas con lo instagrameable que es toda la selección. “Influencer”, te dirán, y vendrán incontables… ¡qué digo! innumerables seguidores a institucionalizarte. Idealización a tope.
Independientemente de tus gustos, los vinos inesperados de Nariz y Boca son una ideaca de las buenas. Ideales, idílicos e idóneos para cualquier ocasión. Ninguno, ignominioso (que la ignorancia no te identifique y vete a buscar el término al diccionario). ¡Eso sería inapropiado, insensato! Que de inesperado todo, de lo demás, nada.
Igual, esto te parece pura ileación, pero no ilógica. Que son vinos inesperados, ilusionantes, irreprochables. Cada uno está seleccionado con inteligencia, pura iluminación enológica e ilustre.
Imaginativo catálogo, irreverente a ratos, pero con ideas independientes e imbatibles. Y en eso, somos imparciales. Cada vino inesperado de Nariz y Boca es incomparable e imborrable de tu memoria una vez que los pruebas. Impactantes desde que los ves, imposible ignorarlos. ¿Increíble? Digamos que mucho más que inesperados.
Impecable imperativo este el de “inesperado”. Ya verás. Imperdonable que ni te lo plantees. Impepinable que no repitas selección o, al menos, que no te atrevas con la suscripción inesperada, por supuesto. Igual de importante cada mes, igual de imperdible. Aunque siempre impredecible.
Y así termina este texto un poco insensato, lo reconocemos, pero incomprensible no echarse unas risas con él. Imposible pedirte lo contrario. Que será imperfecto, pero implícito queda que son vinos inesperados, un tanto impertinentes pero inexorablemente importantes, impostergables, impresionantes, imprevistos, impulsivos e irremediablemente irremplazables.
Por eso, solo 100 referencias por vez… una inacabada lista que nos marca esta incasable idiosincracia que tenemos. Vinos inesperados que inauguran nuestra incitante e inclusiva lista de referencias. Pura incógnita lo que vendrá. Pero los que están ya son todos incomparables, inconformistas, irremplazables. Que empiece el idilio.
(fotografía de Photo by Jeff Siepman on Unsplash).